La Fundación Mirgor realizó una charla sobre educación financiera para mujeres en la cual se trataron aspectos como la psicología del dinero, la inclusión financiera y las finanzas personales.
Con el objetivo de apoyar a las mujeres de la comunidad de Río Grande a interiorizarse en el tema y cuidar sus finanzas, la Fundación Mirgor organizó una charla en su sede que estuvo a cargo de la especialista en educación financiera Claudia Simonte, donde se abordaron temas como inclusión financiera y finanzas personales.
Soledad Bertona, Directora de la Fundación, explicó que “la pandemia ha hecho que se sumara mucha gente a la bancarización y el uso digital de herramientas de pagos y finanzas, por lo que nos parecía interesante traer a una especialista para que nos ayudara a pensar y aprender cómo utilizar dinero virtual de manera segura y sin riesgos de manera de garantizar nuestro bienestar financiero”.
En línea con el objetivo de la Fundación, que es acompañar el desarrollo de las comunidades en donde la compañía está presente, Bertona señaló que “la charla fue para mujeres y fue ideada luego de escuchar a distintos referentes que no saben usar las herramientas digitales, se asustan y a veces toman decisiones que no son las más seguras”.
Finanzas saludables
Uno de los datos que sobrevoló la charla fue que en la actualidad más del 95% de la población económicamente activa tiene alguna cuenta bancaria, pero no todos saben sacar provecho de eso y menos utilizarla de manera saludable.
Simonte, explicó que uno de los objetivos fue “tratar de pensar después del escenario post pandemia qué pasa con las finanzas, la economía, la administración, el ahorro, y la prevención del sobreendeudamiento, que es uno de los males que afectan a nuestra población”.
En este sentido, la especialista señaló que uno de los objetivos de la charla también estuvo vinculado con la concientización: “Transitar hacia una economía sostenible también tiene que ver con que las comunidades se organicen y fomenten el conocimiento financiero desde la comunidad”.
Las principales consultas de las asistentes estuvieron relacionadas con conocer acerca de las nuevas herramientas que la tecnología propone para la administración de sus finanzas, la prevención de fraude en transacciones digitales, y también mostraron interés en conocer nuevas metodologías de ahorro e inversión que les permitan proteger sus ingresos del contexto inflacionario. “La democratización del conocimiento implica que la educación financiera sea accesible, que todos tengan acceso”, explicó Simonte.
Un aspecto que suele pasarse por alto a la hora de hablar de finanzas personales, está relacionado con los efectos que provoca un contexto inflacionario en la salud. “Vivir con inflación produce incertidumbre, que está asociada al estrés. Y esa situación tiene efectos en la salud”, comentó.
De allí que el impacto del dinero y la administración de los ingresos tienen un rol importante. Simonte explicó que “más allá de la situación macroeconómica argentina, el manejo del dinero es una cuestión global: La educación y la inclusión financiera son componentes que democratizan el acceso y lo hacen más justo.
De qué trata la inclusión financiera
Uno de los cambios más significativos que dejó la pandemia en el desenvolvimiento de la vida cotidiana, es el crecimiento del uso del dinero digital. Esto implica nuevas maneras de relacionarse con el dinero, dejando de lado el uso del tradicional efectivo para incrementar la preferencia por los medios de pago electrónicos.
Si bien en la Argentina, según los datos del Banco Central, más del 95% de la población adulta tiene una cuenta bancaria, ese es apenas un primer paso para alcanzar una inclusión financiera sostenible, señaló Simonte. Hacen falta más herramientas y que la educación financiera alcance a la mayor cantidad de gente posible para que a su vez, contribuya a mejorar el acceso al financiamiento y potencie las habilidades financieras de las mujeres creando mejores oportunidades.
Para ello, explicó la especialista, “debemos ampliar el concepto de inclusión, dar un paso de horizonte amplio e incorporar una mirada centrada en los usuarios para diseñar productos, servicios y experiencias saludables dentro del sistema”.
Allí es donde entra en juego el riesgo de sobre endeudamiento. “La salud financiera debe ser nuestro objetivo a la hora de entregar o de solicitar un préstamo personal, a la hora de adquirir un seguro, de invertir nuestros ahorros o de crear un recorrido de experiencia comercial si estamos liderando los procesos de inclusión. Centrarse en el bienestar financiero de las personas es actualmente el verdadero ganar-ganar”, sostuvo Simonte.
En este sentido, resaltó la importancia de conocer cómo funciona el sistema financiero, que recaudos tomar ante los medios de pago electrónicos y de todo aquello relacionado con el dinero. “Estar saludables financieramente implica que podemos hacer frente y recuperarnos de los impactos negativos, ya sea porque hemos prevenido el sobreendeudamiento, porque sabemos cómo iniciar el reclamo frente a un robo de identidad o porque hemos evitado invertir en propuestas ‘fascinantes’ que luego resultan ser estafas”, afirmó.